martes, 12 de julio de 2011

MI VOTO ES POR HUMALA

Trujillo- Perú. – Sin rodeos y sin más que florear yo votaré por Ollanta Humala a pesar del gran despliegue de una campaña en su contra en la cual se le ha atacado por donde se le mire, desde un consorcio de comunicaciones que trata a toda costa que el nacionalismo llegue al poder, y que viene generando confusión en la población que ven en el ex Comandante la esperanza para salir adelante y formar parte del desarrollo del País.

Los dos candidatos al próximo sillón presidencial si bien es cierto se están esforzando cada vez más por cambiar una imagen de lo que en el pasado fueron, pero siento creer que Ollanta Humala se muestra sincero con el mensaje y con lo que propone para mantener el crecimiento del país, otro punto está marcado por las zancadillas que el poder económico no deja de interponerle a Gana Perú; ese mismo poder económico que dé democrático tiene mucho, en la medida en que la elección resulte de su agrado.

Lo que yo realmente quisiera, como peruano que soy es que nuestro país sea gobernado por una clase política profesional, tecnificada y comprometida en cambiar el destino de nuestro país como estado, en donde derecha e izquierda puedan complementarse en la senda del desarrollo. Aspiro a un Estado que promocione y dirija ese camino que hoy se ve obstaculizado por dos problemas: uno es la corrupción que antepone el interés personal al nacional y dos la tradicional vocación “rural y capitalista” de nuestra burguesía, cuando lo que se requiere es ideas y proyectos para la industrialización, por eso en nuestro país hay que orientar y tener la ilusión puesta al sector privado, ni modo esa es nuestra realidad.

El punto más delicado en el que Ollanta Humala no debe caer a la tentación autoritaria o confrontacional; pues la confrontación de las partes solo llevará a la interrupción y destrucción de lo avanzado, y sobre todo a la crisis. Pero creo y necesito creer y voy a creer que hay en Ollanta Humala y su equipo de asesores el suficiente sentido común como para “incluir sin excluir” , como para comprender que las políticas sociales se potenciarán en la medida en que el Estado haga mejores negocios y genere mejores ganancias de dinero. Pienso que el meollo de la situación está allí, ojalá que el nacionalismo tengan la madurez para comprenderlo y llevarlo a cabo.

Esta campaña de señalar el pasado oscuro del mal ajeno ya me tiene bastante aburrido. Quizá este tipo de ejercicios de reflexión sea lo más saludable para afrontar la segunda vuelta, pero gane quien gane no debemos esperar a que el estado nos lleve los beneficios a nuestras casas, si no seamos nosotros quienes hagamos de nuestra región, de nuestro país una nación en la cual podamos desarrollar económicamente, y que la filosofía de la política se trabaje mejor para que las sociedades que nunca han sido tomadas en cuenta vean en el estado, ese apoyo para mejorar la condición de vida, de salud, y educación y de esta forma forjar un cambio y lleguemos al progreso que todos anhelamos.

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